La mediación
es obligatoria en algunos procedimientos
civiles y mercantiles, especialmente cuando:
- Se trata de conflictos entre particulares o empresas donde la vía judicial puede evitarse.
- No existen causas urgentes ni riesgos evidentes (como en casos de violencia de género, menores o derechos fundamentales).
- El juez lo considera oportuno e insta a las partes a intentarlo antes de continuar con el procedimiento judicial.