Carlos y Diego comenzaron su empresa con ilusión y café hasta las tantas. Eran amigos, socios y un gran equipo. Pero cuando la empresa empezó a crecer, también lo hicieron las decisiones difíciles. Carlos quería expandirse y Diego, reinvertir poco a poco.
Las reuniones pasaron de ideas brillantes a silencios incómodos. De la amistad… a los reproches.
A punto de romper la sociedad, dieron un paso que cambió todo: acudieron a PROACUERDO.
A través de nuestra mediación, dejaron de hablar como socios enfrentados y empezaron a escucharse como personas con un proyecto en común.
Redefinieron funciones, marcaron límites claros y establecieron nuevas vías de comunicación.
Hoy, no solo siguen siendo socios. También han vuelto a ser ese equipo que soñaba con cambiarlo todo. Y lo están haciendo.
En PROACUERDO transformamos el conflicto en oportunidad. Porque muchas veces, el mayor éxito no está en ganar, sino en acordar.